Hasta ahora resulta sorprendente el proceso de santificación que es objeto el extinto Sebastián Piñera, sumado a un proceso de impunidad que se extiende al piñerismo, a Chile Vamos, que hace resucitar políticamente a su primo Andrés Chadwick.
En este proceso en marcha, a escala mundial, ni siquiera se han salvado Miguel Díaz-Canel, ni Gustavo Petro, ni Nicolas Maduro, ni Vladímir Putin, quienes no han tenido palabras acordes a las atrocidades humanas que realizó el extinto presidente.
Ahora con más fuerza, que nunca, las posturas populares resisten en Chile, y en cada rincón del mundo, expresando y diciendo que Piñera fue un asesino igual que Pinochet, e igual que el dictador muere en la absoluta impunidad.
Saludos.
Patricio Altamirano Arancibia
8 de febrero de 2024
Santiago de Chile,